Es fácil ganar likes en estos tiempos, solo necesitas ser adversario del gobierno y criticar todo lo que el presidenta haga o no haga. A veces ni eso, son muchas las ocaciones que Felipe Calderón y sus muchachos juegan a poner una duda en twitter para que su botrregos los sigan e inflen una tendencia atacando a AMLO. MISERABLES.
Es común, es rutinario y nos hemos acostumbrado a ello. No deberíamos, pero nos hemos acostumbrado.
Peor en tiempos como estos, en los que muchos estamos aislados, en los que todos queremos información de primera mano; veraz y a tiempo. Las noticias falsas, los chismes y las difamaciones, lo único que hacen es aumentar el pánico, la histeria y el sentimiento de desesperanza, que de por si es mucho en algunas personas.
La derecha, los panistas, los periodistas pagados por ellos, los del PRI, los influencers pagados por ellos y hasta uno que otro miserable que alguna vez fue de izquierda, se dedican día y noche a golpear a un gobierno que según los expertos ha actuado en tiempo y forma, con responsabilidad frente a una crisis que es histórica por su universalidad.
Hoy, a adversarios y compañeros, a fachos y chairos, a políticos de derecha y de izquierda, a empresarios y trabajadores, a comunicadores y comunicados; nos debe unir la premura de salir adelante y debemos alejarnos de opiniones como Calderón, Krauze, Sarmiento, Bravo Regidor, Chumel, el corrupto frente a la COPARMEX o de cualquiera que lo único que busca es beneficiarse del río revuelto y hacer suya la ganancia política o económica, que trae el COVID-19.
Hoy debemos de vencer el virus de la miseria y ser responsables en lo que retuiteamos; en lo que compartimos por Whatsapp y hasta lo que decimos en voz alta.
Se vale tener miedo, se vale desesperarse, se vale sentir que es injusta la realidad y que, como dicen por ahí, nos hayan robado el mes de abril sin siquiera haberlo empezado. Pero lo que no se vale, es desquitarnos con el de a lado, asustar al vecino o esparcir rumores que no benefician a nadie y que si pueden perjudicarnos a todos.
Informémonos en fuentes confiables. Hagámosle caso al Dr. López Gatell, a Andrés Manuel o a las autoridades de la localidad de cada uno.
Estaremos bien.
Y cuando todo esto acabe volveremos a abrazarnos…
